El primero en alcanzar Japón y muchos otros sitios de Asia fue el misionero Navarro Jesuita San Francisco Javier en 1549.
Al principio la religión Católica fue muy bien recibida por la clase dirigente Japonesa que estaban especialmente interesados en la cultura e instituciones Occidentales. Su expansión fue increíblemente rápida hasta que los señores feudales de la época (1614) empezaron a verla como una amenaza, prohibiéndola, persiguiendo a sus seguidores y expulsando a todos los misioneros del país durante 200 años. Incluso después de la prohibición, muchos cristianos siguieron practicando sus creencias en la clandestinidad.
A finales del XIX Japón volvió a restablecer sus relaciones diplomáticas con Europa y EEUU. Fue entonces cuando el Cristianismo Católico junto a los Protestantes Americanos y Ortodoxos Rusos comenzaron a florecer. Estos nuevos misioneros extranjeros que se involucraron en actividades sociales y educacionales contribuyeron en gran medida a la introducción de la cultura Occidental en Japón.
Cuando un Japonés se refiere a la "cultura moderna" se refiere casi en exclusiva a la cultura que proviene de Occidente. Principalmente a la forma de vida y morales cristianas que, como todos sabemos, son la base de la cultura de Occidente. La monogamia es un ejemplo de esa influencia.
El interés y conocimiento del cristianismo por parte de los Japoneses ha aumentado en años recientes. Incluso muchas de las bodas se realizan ahora al "estilo" cristiano. Este conocimiento del cristianismo no a producido un aumento del número de creyentes. Probablemente debido a que la creencia en un único Dios cristiano es bastante difícil a un Japonés con una cultura basada en el politeísmo del Sintoísmo y budismo tradicional.
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